Como continuación del artículo de la entrega anterior, seguimos con los pies.
Para no errar y tener toda la información necesaria a la hora de elegir el modelo más apropiado, vamos a enumerar ahora la partes y propiedades de cualquier calzado para senderismo.
Caña
Es la parte alta del calzado que sujeta nuestros tobillos. Esto nos lleva a diferenciar tres tipos: caña alta, caña media y caña baja (zapatillas). Nos protege de las torceduras de los tobillos y de las rozaduras entre ellos. Dependiendo de lo accidentando del terreno nos decantaremos por uno de los tipos de cañas. Así, a terrenos más accidentados, más alta debería ser la caña.
Suela
Lo más importante de nuestro calzado. Siempre provista de tacos y antideslizante. Suelen ser de caucho y de poliuretano. Cada marca comercial suele “montar” una en sus productos, aunque existen algunas muy reconocidas como puede ser la suela Vibram o la suela Contagrig. Sin lugar a dudas es lo que va a distinguir la calidad de un calzado para senderismo. Su diseño muy estudiado permite diferenciar distintas zonas dentro de ella, tanto morfológicamente como de composición que aportan distinta resistencia, dureza, adherencia y amortiguación.
Plantilla
Nos aísla de la suela y evacua el sudor. Nos da confort, sujeción y amortigua la pisada. Fabricadas de gomaespuma y geles.
Cordones
Muy importantes también ya que se encargan de acomodar el calzado a nuestro pie y evitar que no se mueva y produzca erosiones y rozaduras.
Material y peso
Unidos de la mano, las de piel (las de cuero de siempre) suelen ser más pesadas. El desarrollo de los nuevos materiales sintéticos aportan ligereza. Pero siempre existen nostálgicos…
Flexibilidad y dureza
Aquí la relación es inversamente proporcional y dependerá de nuestro uso que nos inclinemos por calzado más flexible (senderismo) o más duro (montañismo o rutas invernales que necesiten incluso crampones).
Impermeabilidad y transpirabilidad
Puestos a elegir, me quedo con la transpirabilidad, máxime cuando la climatología no está para muchos alardes últimamente. Es interesante invertir en esto, ya que a la postre nos va a repercutir positivamente en nuestra actividad. Respecto a la impermeabilidad no está nunca de más, y para ello existen las membranas técnicas tipo Goretex o similares, que combinan ambas propiedades.
Ya hemos visto casi todo lo que nos debería importar del calzado de senderismo. Pero nos quedan un par de preguntas por contestar. ¿Zapato/illas o botas? Y si son botas ¿caña media o caña alta?
Pues para gustos los colores como decía aquel.
Dependiendo de lo que vayamos a hacer, cuándo y dónde, nos inclinaremos por una u otra opción. Personalmente, para senderismo prefiero las botas de caña media, que me protegen los tobillos, pero la tendencia actual parece inclinarse por las zapatillas tipo trail running, mucho más ligeras, transpirables y flexibles pero con menos sujeción.
Así que en salidas cortas y con terreno poco accidentado... mejor zapatos/illas. En salidas mas largas, terreno accidentado, humedad y frío... mejor botas.
Aunque hay veces que algunos consideran que lo mejor es ir a la moda.